Normalmente los propietarios de negocios o incluso responsables de marketing prestan cierta atención al tráfico, en forma de sesiones o de usuarios, que reciben sus webs mensualmente, pero se olvidan de dar seguimiento a los indicadores de conversión que están teniendo cada una de esas páginas de aterrizaje.
Indicadores como, la tasa de rebote, el porcentaje de conversión de cada uno de los objetivos definidos previamente o el tiempo medio de estancia en una página quedan en el olvido.
Y es curioso que esto sea así, porque en realidad es como si echáramos agua en una cesta. Dedicar esfuerzos, tanto a nivel de recursos internos, como subcontratados, a atraer tráfico a nuestra web, mediante campañas SEM o contratando un trabajo de SEO mensual, no sirven de nada sin unas páginas optimizadas.
Sin embargo, por algún motivo, esto segundo no es algo por lo que te pregunten los clientes cuando quieren dar un empuje o mejorar a sus acciones de marketing digital. La optimización de la conversión tiende a olvidarse en un plan de marketing digital.
Estamos hablando de lo que se conoce como CRO (Optimización de la Tasa de Conversión). Los proyectos de CRO deben plantearse como un proceso de mejora continua en el que vayamos optimizamos aquellas páginas de nuestra web que son susceptibles de tener mejores indicadores de conversión. Además, este proceso en realidad no tiene fin porque casi siempre se pueden ir mejorando dichos indicadores hasta el punto que nos fijemos como objetivo.
Podemos empezar por aquellas páginas de nuestra web que con un volumen alto de visitas no obtienen una buena tasa de conversión o que muestran una tasa de rebote alta. A través de tests A/B o multi-variante ir probando distintas hipótesis hasta dar con la tecla correcta.
Es importante tener un marco para la priorización de los problemas en un experimento A/B y ponderaremos según estos criterios. Por ejemplo:
Una vez calculado esto, daremos más prioridad a aquellos problemas con un valor más alto y menos a los que tengan valor más bajo.
Aquí no debemos caer en el error de aplicar una hipótesis que haya sido demostrada en una página de una web a todas las demás o incluso a otras webs y la manera correcta de hacerlo es aplicando una metodología con los siguientes pasos:
- Recoger la información de las páginas que queremos mejorar sus indicadores de conversión.
- Una vez tengamos los datos ya podemos analizarlos e identificar los problemas que tienen y a cuáles les damos más importancia.
- Plantear nuestra hipótesis para corregir esos problemas.
- Configurar nuestra prueba o experimento y ponerlo en funcionamiento.
- Analizar los resultados de la prueba.
- Actuar, bien implementando los cambios de la prueba en la versión definitiva o no haciéndolo.
Si complementamos estas pruebas A/B o Multi-variante con mapas de calor o de grabación de sesiones, podremos tener una información muy relevante para optimizar cada una nuestras páginas y no dejar escapar esa agua de la cesta que comentábamos al inicio de este artículo.
Por último, no quiero dejar pasar la información que nos pueden aportar las encuestas a los usuarios así obtener su feedback para mejorar los procesos en nuestra web.